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La Niña Que Creó Las Estrellas
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por Sara E Rodríguez
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"Una historia es como el viento, viene de un lugar lejano y la sentimos. Como dice Kabbo `la gente de la llanura escucha las historias de quienes viven lejos. Ellos escuchan esas historias, y las vuelven a contar´. Porque un cuento es el viento: le gusta ir flotando de un lugar a otro". Si hoy en día tenemos la oportunidad de disfrutar con un buen puñado de historias bosquimanas, es gracias a dos personas fundamentales en el rescate y conservación de la cultura bosquimana: el filólogo alemán Wilhelm Bleek y su cuñada, Lucy Lloyd. Gracias al valioso testimonio de sus distintos informantes, hoy se conserva y difunde, a través de libros como éste, un maravilloso legado compuesto por historias mágicas y leyendas que mantienen vivo el genuino sabor de las tradiciones orales. Los lxam pertenecen al grupo conocido como los bosquimanos, se autodenominaba lxam ka!ei o lxam a secas y concebían la tierra como "el polvo solar de los lxam" (o sea, lXam–ka!au). Antiguamente ocupaban la totalidad del subcontinente africano. Su estilo de vida se desarrolla en torno a la tierra y la caza. De hecho, la lluvia es muy importante: durante la estación seca, las familias se agrupan alrededor de un pozo; y en la estación de lluvias se esparcen por el territorio que poseen en común y que heredarán sus descendientes. Las mujeres se dedican a recoger raíces bayas, insectos, animales pequeños (tortugas, sapos), agua y madera para el fuego. Mientras que los hombres salen a cazar todos los días y regresan por la tarde. Por este motivo las historias que narran los bosquimanos se centran en la temática de su universo: la caza, la lluvia, los ritos chamánicos, la creación del universo y la primera humanidad… En estos relatos se encuentran los mitos, testimonios y tradiciones que hasta hace poco no se conocían. Al mismo tiempo, estas narraciones son las enseñanzas que se transmiten de generación en generación. Los cuentos poseen un carácter pedagógico que los padres se encargan de mantener generación tras generación. Como dice Diä!kwain "sucede a menudo que los padres de una persona mueren y la abandonan; por eso, cuando viven, nos instruyen al respecto. Nos instruyen sobre estas cosas para que no seamos ignorantes". Así, a lo largo de estos relatos orales descubrimos aspectos de su cultura material y de sus tradiciones, con lo que no sólo resulta una obra de especial interés para la mayoría de los lectores sino también es una obra interesante para todos aquellos que cuenten con una formación o un interés especialmente etnológico. Los cuentos que se recogen en esta obra fueron recopilados entre 1870 y 1884. Las narraciones vienen precedidas por una rigurosa introducción que informa sobre la cultura y el modo de vida de este grupo antes, claro está, de 1870, ya que para esa fecha, los narradores habían podido comprobar cómo su tradicional forma de vida se extinguía a causa de la invasión de europeos, khoikhoi y bantúes. Estos cuentos, de los que ahora podemos disfrutar, son el legado que nos ofrece el pueblo bosquimano; un legado que desean compartir generosamente. En el fondo, es la herencia más valiosa que pueden ofrecernos. Como dice Elias Cannetti que es una de las joyas de la literatura universal, sin la que no querría seguir viviendo.
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