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| La Casa Ciega III
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| por Sara E Rodríguez
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Tercer volumen de la colección “La Casa Ciega” de la editorial Edaf dedicada a las historias de género negro. En este libro Eugenio Aguirre comparte páginas con las escritoras Elia Barceló y Rebeca Murga. Como recuerda Fernando Martínez Laínez en el prólogo resultaría tópico "reincidir en el banal debate sobre la importancia de las mujeres escritoras de la literatura policial". Tan sólo basta recordar que algunas de los mejores relatos han estado escritos por nombres de peso en la literatura universal como Ágata Christie, Patricia Highsmith, Ruth Rendell o P. D. James, entre otras.
El caso es que hombre o mujer, no importa el género de los autores sino el contenido de las historias que nos ofrecen. Es más, en ese sentido nadie podría hablar de una literatura policial femenina, nadie –o pocos– tendrían la suficiente capacidad de adivinar si se trata de un hombre o una mujer el que ha escrito el relato.
La venganza y el amor son temas recurrentes en los relatos que componen este libro. En “La Fotografía Del Hombre Colgado” el mexicano Eugenio Aguirre (México, D. F. - 1944) habla de un amores intensos, incluso incestuosos e imposibles; un amor que, como todos presuponen, acabe de manera trágica. Valeria, la protagonista, llega a reconocer que actuó con premeditación, alevosía y ventaja. A través de una vieja fotografía, se recuerda esta morbosa tragedia familiar.
Elia Barceló (Elda, España, 1957) pone nombre de mujer a su historia –“Laura”- no menos dramática, que arranca con el atropello de un hombre en Innsbruck (Austria), ciudad a la que fue Rafael Santisteban, movido por el deseo de regresar a su pasado y conocer a la hija que había abandonado treinta y cinco años atrás. Un pasado al que no será fácil volver y que le pasará factura.
La narradora y crítica literaria Rebeca Murga (la Habana, 1973) ya demostró su buen hacer al ganar el Premio Internacional de Relatos Policíacos de la Semana Negra de Gijón, con su cuento “Manos Limpias”. Ahora con “Historias Al Margen” Murga se centra en el poder como generador de leyes, pero también de trampas que siempre serán violadas, porque para eso se hicieron y donde, al igual que sucedía en el relato de su compatriota Amir Valle, "la sangre paga". |
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