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Il Cannoncciale
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por David Yagüe
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Qué poco necesita una novela para entretener al lector. Sin más, simplemente para transportar al lector lejos del vagón de metro donde lee y hacerle olvidar por un rato sus preocupaciones cotidianas. Pues, lo más básico para entretener es lo que posee este "Il Cannoncciale". Nada más. Pero también nada menos.
"Il Cannoncciale", a pesar de aparecer el Vaticano, reliquias de los primeros tiempos del cristiano, cuadros de Goya no es el típico thriller histórico, si no una novela de espionaje llena de acción. La premisa no es excesivamente original: un hombre es asesinado en una playa de la Costa del Sol y desaparecen dos codiciadas pertenencias que poseía: un portátil con un software capaz de guiar misiles de largo alcance y un secreto que puede levantar polvareda en la Iglesia Católica.
A partir de aquí, comienza una competición atroz entre agentes de la CIA, el MI6 y los espías del Vaticano por Málaga y Madrid, codiciando el sistema de misiles y deseando ese secreto religioso, para ni más ni menos que chantajear al Vaticano y está claro que ninguno de ellos va a tener muchos inconvenientes morales en hacer lo que sea necesario: robar, asesinar, jugársela a sus competidores. Pero no cuentan con la crueldad y ambición de los miembros de una acaudalada familia española, los Roldán.
El protagonista, un ex agente de la CIA, forzado a volver a la acción, es un arquetípico detective de novela negra, inteligente, de vuelta de todo y que, como en aquellas novelas negras clásicas, más que hacer avanzar la trama, es ésta la que le pasa por encima. En su misión, se relacionará con multitud de personajes, del que destaca sobre todo uno, el Padre Fallon: un jesuita simpático y letal al que le gusta contar chistes, bastante malos por cierto, sobre religión.
Sin duda al lector español, le resultará divertida y chocante a partes iguales la ambientación española de la novela. Sin ser tan lamentables como las de algunos conocidos escritores (p.e. Tom Clancy en “Equilibrio de Poder”) esta “España” de "Il Cannoncciale" corresponde con toda probabilidad a la imagen que un turista norteamericano tiene de nuestro país, mezclada con interesantes y reales detalles.
A pesar de todo, "Il Cannoncciale" es una entretenida obra que se lee de un tirón, sin ningún esfuerzo. Más que por su argumento, o por sus, a veces un tanto inverosímiles giros, es por el trepidante sentido del ritmo que su autor James Brant, le imprime a todo el relato. Quizá la experiencia de este escritor como bombero, policía y detective privado tenga algo que ver con este sentido de la acción sin descanso.
Sin pedirle nada más allá del entretenimiento y del estilo funcional que puede aportar una novela de acción y de espías, "Il Cannoncciale" hará pasar un agradable rato a la gran mayoría de lectores, salvo quizás a los más exigentes. |
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