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| Hood
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| por Francisco J. Vázquez
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Pocos seres humanos habrá sobre el globo que no conozcan la figura mítica del bandido romántico por excelencia: Robin Hood. Sin embargo, seguro que muy pocos saben de la controversia existente entre los defensores del mito como tal, y aquellos que afirman con rotundidad que la existencia del personaje en el que se inspiró toda una leyenda fue real, tan real como las pruebas que supuestamente aportan.
Sea como fuere, lo cierto es que la figura de Robin Hood ha sido la inspiración literaria por excelencia: decenas de libros han salido al mercado en forma de ensayos, de novelas que se acercan a los valores de éste personaje e, incluso, ha servido como punto de partida para tergiversar y adaptar sus peripecias a otros mundos, a otras realidades. Muchos son los personajes en la literatura fantástica que se enmascaran detrás de las características de este ser de leyenda. Tal ha sido su repercusión que ejerce incluso una fuerte atracción para el cine y el teatro, que lo han convertido (y seguirán haciéndolo) en héroe de sus estrenos.
He de confesar que no esperaba sentir, de un personaje tan recurrente como el que hablamos, la fascinanción que ha despertado en mi la novela de Stephen R. Lawhead sobre el bandido del bosque de Sherwood. HOOD es el primer título de la Trilogía del Rey Cuervo. Es una historia totalmente diferente a la que nos podamos imaginar. No es el legendario bandadido que nos han hecho llegar a través del tiempo; aquí es un personaje más dentro de un mundo en el que empieza a destacar por imposición, no por voluntad. No es tan fiero como lo pintan, pero tampoco tan agradable y piadoso como muchos piensan. No hay superchería, sino una realidad que hace al personaje pasar por diversos estados tan diferentes como peligrosos: de ser anónimo a ser conocido, de vivir tranquilo a estar siempre en vilo, de cierto sendentarismo a vivir en una huida constante... y sobre todo, pasar de villano a héroe, pero temido.
HOOD nos revela el lado humano de una leyenda. Es una historia ficticia que, por su crudeza, podría revelarse como la verdad que nunca llegó, o que no nos quisieron contar. Aquí no se llama Robin, sino Brad. Y vive rodeado de traidores y enemigos que le acosan y que son los que propician, en cierta medida, la necesidad de huir para salvar la vida, no quedándole más opción que emerger caóticamente de los bosques como un líder aterrador e impresionante que ponga las cosas en su sitio de una vez por todas.
La mitología, la tradición, el legado... de todo ello se ha servido Lawhead para poner en marcha una trilogía que, por su contenido, puede sentar las bases para que muchos destituyan de su mente el pasado de una leyenda y lo transformen en un presente distinto, más humano.
La Historia nunca es como nos la cuentan, y por supuesto, los mitos tampoco. Descubrir la versión que HOOD nos ofrece será, probablemente, una de las mejores formas de descubrirlo
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