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Hollywood Y La Mafia
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por Francisco J. Vázquez
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La relación entre La Mafia y la industria del cine siempre ha sido un secreto a voces. Hollywood no sólo ha sido un escaparate en el que muchos gánsters auténticos se veían reflejados con cierto descaro, sino que también ha proporcionado una imagen de éstos muy al límite entre lo políticamente correcto, lo real y lo fantástico. Los tipos duros han salido en las películas como señores con códigos de honor extraños, rituales y camaradería cuando, en realidad, detrás sólo había intereses, poder y crueldad.
Resulta curioso comprobar como Tim Adler ha tenido el valor y la capacidad de reflejar en su libro HOLLYWOOD Y LA MAFIA esas relaciones que extraoficialmente muchos decían conocer, pero que realmente eran simples rumores. Ocasionalmente cobraban fuerza con actos de naturaleza bárbara, pero de esas relaciones que por ahí decían darse realmente poco a nada se sabía. Ahora las cosas han cambiado y este trabajo evidencia a las claras esos oscuros caminos en los que el mundo del celuloide se ha movido no sólo bajo la batuta de los que sin escrúpulos eran -y son- capaces de asesinar, sino que además ha asimilado y adoptado muchas de las técnicas mafiosas y las ha incorporado a sus propias directrices.
Y es que desde los primeros tiempos del cine la industria cinematográfica americana ha sentido fascinación por el poder, el dinero fácil y la intimidación. Y nada mejor que aprenderlo de aquellos que hicieron de ello su oficio, y también, su diversión.
Adentrarse en este libro es ver cómo La Mafia tenía controlados a centenares de actores a los que amenazaba o usaba en función de sus propios intereses. Saber, por ejemplo, que Sinatra era un eje móvil entre Mafia, política y Hollywood es quedarse corto. Que las relaciones de la explosiva rubia Marilyn Monroe con determinados círculos mafiosos, así como con los dos hermanos Kennedy, fue determinante en su desapación, es algo que tampoco nadie pone en duda. Pero saber, por ejemplo, que Sammy Davis Junior estuvo no sólo a punto de perder su único ojo, sino también la vida por deudas de juego y de honor, o que actrices como Thelma Todd perdieron la vida a manos de asesinos sicarios mandados por algunos de los grandes capos del crimen organizado.
Centenares de nombres de guionistas, directores, actores, actrices, músicos o grandes magnates de la escena hollywoodiense se ven aquí reflejados en esta interesante y siempre excitante obra de investigación. Jamás pensaría el lector descubrir los intrincados laberintos que las malas artes de los mafiosos consiguieron implantar en Hollywood; pero mucho menos creería conocer, con nombres y apellidos, a aquellos que con su poder consiguieron doblegar a personajes que, en teoría, eran no sólo famosos, sino todopoderosos. Y es que el juego, la drogra, la bebida o la prostitución pusieron en el filo de la navaja la vida y la integridad de aquellos que a través de la pantalla despuntaron, pero que tras ésta no eran más que marionetas en manos del mal.
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