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Hijos Del Monzón
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por Ana Cordón
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HIJOS DEL MONZÓN es un libro duro. Un libro sobre la realidad del mundo en que vivimos. Lo vemos todos los días en la televisión, en los periódicos, etc… pero leerlo contado por un hombre que ha vivido de manera personal todo lo que normalmente pasa desapercibido a nuestros sentidos por considerarlo algo normal, escuece en la conciencia.
El periodista David Jiménez, corresponsal del periódico EL MUNDO en Asia, narra las historias de varios niños de distintos países de Asia, cuyas vidas están irremediablemente condicionadas por las inclemencias y deseos del Monzón. Pero eso es tan sólo una excusa de la que se sirve el autor para dar protagonismo ante nuestros ojos a niños que han tenido la desgracia de nacer en las zonas más pobres de Camboya, Tailandia, Filipinas o el Tíbet ocupado, por ejemplo.
Hay muchos que critican a los periodistas que se meten en la tarea de escribir un libro, dicen que la narrativa es a veces demasiado trivial. Yo no estoy de acuerdo y David Jiménez supongo que tampoco. Es un libro ágil, entretenido dentro de la gravedad del asunto, se lee rápido y cala hondo. Puede que el autor caiga a veces en un exceso de melodrama, pero cómo no hacerlo cuando has visto tantas desgracias de cerca, sufridas por los que menos culpa tienen: los niños.
Jiménez nos presenta, por ejemplo, a Vothy, una pequeña de Camboya enferma de SIDA, hija de una madre también enferma a la que la niña, con sólo cinco años, tenía que cuidar, y que trataba de ser feliz a pesar de sus circunstancias.
Nos acerca también a la realidad de Chuan, un niño tailandés que con doce años no le quedó más remedio que ponerse a boxear para intentar sacar a su familia de la pobreza. Los combates de boxeo para menores de 15 años están prohibidos en Tailandia, pero mucha gente ha visto en peleas clandestinas un medio para intentar salir de sus circunstancias. ¡Y nos quejábamos nosotros cuando los Reyes magos nos traían juguetes que no habíamos pedido!
Con Mariam, niña afgana, aprendemos cómo una pequeña tiene que adaptarse, sin remedio, a la transformación de la sociedad de su pueblo a raíz de la toma de poder de los talibanes. Cómo matan a su familia y ella debe seguir adelante.
Se trata de situaciones que, si estuvieran narradas en una película, seguramente en España se mostrarían con el cartel de No indicado para menores de 13 años. En muchas partes del mundo, esa es, precisamente, su realidad, y nadie les puede tapar los ojos para que no sufran.
El autor aprovecha también para contarnos de forma resumida la situación política de los países en los que trabaja. Las circunstancias de Timor Oriental, Indonesia, Afganistán, Mongolia o China, los desencadenantes de la situación en la que se encuentran y la influencia occidental se ven bien claras en HIJOS DEL MONZÓN. En resumen, un libro necesario para mirar a nuestro alrededor y decir en voz alta que somos afortunados. |
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