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| Herejía
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| por Francisco J. Vázquez
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El joven Cathan Tauro es el Vizconde de Lepidor. Heredero del clan al ser el hijo mayor del Conde Elníbar, debe hacerse cargo de los asuntos de gobierno en ausencia de su progenitor. No es algo que le apasione. Las cargas de gobierno no son lo suyo. Él es más un espíritu libre que nunca ha prestado excesiva atención a los asuntos de Estado. Sin embargo su edad ya le obliga a hacerse cargo de todo y a tomar decisiones (algo que odia) cuando el padre está fuera. Como ocurre ahora...
Un día Cathan es llamado con urgencia a las minas de Lepidor. Lo inusual de la llamada y la incertidumbre de la novedad hacen que nada bueno presagie. ¿Un desprendimiento? ¿Quizá una veta agotada? Nada más lejos de eso... ¡han encontrado hierro! ¡Un gran yacimiento que acabará sin duda con los problemas económicos por los que atraviesa Lepidor, que en las últimas décadas no estaba en sus momentos de mayor auge! A fin de cuentas, el hierro es el metal más preciado del continente, y hasta la fecha muy escaso...
Pero el Conde Elníbar no está allí para hacerse cargo de la situación. Él sí sabría que hacer, cómo reaccionar. Es una noticia demasiado importante como para que quién realmente maneja los destinos de Lépidor la desconozca, tanto que Cathan decide ir en busca de su padre para ponerlo en antecedentes de lo acontecido.
Deberá viajar a la ciudad de Taneth, una viaje lleno de aparente tranquilidad que, muy a su pesar, irá introduciendo al joven Cathan en las realidades de un mundo que siempre se había mostrado oculto, quizá porque él mismo no había prestado la atención debida. Un mundo que es muy complicado, y en el que el Vizconde de Lepidor se verá inmerso en una serie de aventuras a las que pocos hombres están llamados, y muchos menos preparados para sobrevivirlas.
"Herejía" es el primer volumen de la Trilogía de Aquasilva, de Anselm Audley. Ambientado en el planeta Aquasilva, de dimensiones mucho mayores que el nuestro y donde continentes, archipiélagos y mares son periódicamente azotados por tormentas colosales, transcurrirá las aventuras de Cathan y sus "compañeros de aventuras", un nutrido elenco de personajes que en el transcurso de esta novela de fantasía épica al más puro estilo de los grandes maestros (David Eddings, Tad Williams, o Louise Cooper) se las verán con todo tipo de personajes y situaciones: traición, envidias, magia, luchas internas, amor, odio, viajes...
Aquasilva se mueve en una sociedad mayoritariamente monoteísta donde se adora a Ranthas, encarnación del fuego, debido a que el Dominio ha monopolizado creencias, y sometido por la fuerza a aquellos que tradicionalmente han adorado a elementos y deidades como la Tierra, el Agua, El Aire, La Luz y las Sombras. Dodne antaño hubo armonía hoy se esconden los resquicios del miedo, el odio y las ganas de lucha.
Ese es el trasfondo elegido por Audley para el desarrollo de la trama que, con un tacto propio de los más grandes maestros, sumerge al lector en un mundo que combina los elementos básicos de la más genuina fantasía épica con los avances tecnológicos que un mundo como en el que se desarrolla ha elaborado para la supervivencia y el aprovechamiento de los recursos por parte de sus habitantes.
"Herejía" es una de esas novelas que crean adicción por un autor. De las que uno se empapa y vive, en primerísima persona, aquellas aventuras en las que se ve inmerso al adentrarse en la obra. Si uno es aficionado al género de la fantasía épica, las luchas encarnizadas a espada, los hechizos, la tensión de las traiciones palaciegas, el drama de amores imposibles, la impotencia ante la injusticia de los fuertes ante los débiles... este es su libro.
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