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Génesis
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por David Yagüe
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Hay libros que atrapan desde la portada y este Génesis es uno de ellos. No quería empezar a escribir sobre esta novela sin destacar la sencilla pero muy sugerente cubierta que posee la edición española. Sin duda, un acierto.
Con semejante arranque gráfico y con su título bíblico la novela del neozelandés Bernard Beckett ya crea unas expectativas, que en general cumple.
La novela es una distopía (utopía perversa) al estilo de Un mundo feliz de Huxley o 1984 de Orwell. Nos presenta a una estudiante llamada Anaximandro que se enfrenta al examen de acceso a la Academia que rige la sociedad en la que vive. Una sociedad que sobrevivió al cataclismo que sobrevino a la humanidad refugiándose en un archipiélago en el Pacífico.
Anaximandro es una experta en la historia de un polémico personaje que provocó una profunda crisis y evolución en esa sociedad a las pocas décadas de su fundación. Durante su exposición ante el tribunal y merced a una estructura cuidadísima, las respuestas de la protagonista nos darán a conocer su vida, la historia de su mundo y la de ese mítico personaje que lleva un nombre cargado de simbolismo: Adán.
Beckett ha escrito una novela corta bien armada y llena de reflexiones filosóficas y morales insertas en su historia, que se van destapando como capas de cebolla hasta llegar a una conclusión, a una iluminación, a la que llega el lector a la par que la protagonista de su historia: a la oscura realidad que sustenta esa sociedad. Todo ello sin necesidad de salir de la sala del tribunal en la que realiza el examen oral.
A pesar de tener un giro algo tramposillo, la novela es una historia bien trazada y lúcida, de esas historia de ciencia ficción que llevan no sólo al disfrute si no también a la reflexión. Una pequeña gran obra. |
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