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Generación Dead
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por Leara Martell
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Independientemente del argumento que pueda tener la novela, al menos para mí, ha representado una lectura un poco más trabajosa de lo que en un primer momento parecía.
Por un lado, casi desde el primer momento he sufrido de APPS (Amor Por los Personajes Secundarios). Phoebe me cayó mal casi desde el inicio. No os voy a escribir un alegato del porqué sí o porqué no. Aceptadlo. Esa tipa no va conmigo. Sin embargo, para suplirla, Waters nos ha dado personajes como Karen, ADAM (Oh My Adam), Evan, e incluso el cabronazo de turno Pete…
La lectura era doble. Por un lado, la novelita juvenil que se llena de zombies inadaptados y adolescentes enamoradizas. Por el otro, el trasfondo social que lo relaciona con las minorías, el racismo, la homofobia y cualquier clase de discriminación que pueda sufrir el individuo. Una vez pasada esa fase de que los zombies no eran muertos en puro estado de descomposición, sino Discóbolos de Mirón vueltos a la vida… la cosa fue un poco más fácil.
Por toda Norteamérica, y sin saber aún la razón, muchos jóvenes están levantándose de las tumbas. Han vuelto como no-muertos a su vida. Algunos mejor, otros no tanto… Son un poco más lentos, les cuesta más articular palabras, enlazar un pensamiento con otro, andar… Y como es de esperar, no todo el mundo está de acuerdo con zombies paseándose por sus barrios, por lo que los ataques, las muertes (again) son el pan de cada día. Y encima sin una ley que los ampare… están a merced del odio y la incomprensión del resto de los “saco de sangre”.
Phoebe Kendall siempre ha sido una gótica de pelo extremadamente negro, ropa negra hasta la saciedad y botas hasta las rodillas llena de hebillas. Era una forma de expresión como cualquier otra, hasta que los muertos empezaron de nuevo a vivir y las connotaciones pasaron a ser algo más que “adolescente rebelde”. Y por supuesto, todo eso cambia también cuando Tommy Williams, guapo, atlético y ZOMBIE, entra en acción y ella cae irremediablemente rendida a sus pies (por muy necrófilo que esto suene).
Pero… ¡un momento! ¿Qué ocurre aquí? Esa lentitud que caracteriza a los muertos, parece no hacerse eco en Tommy. Él es inteligente, es el primero en responder en clase, se ha apuntado al equipo de fútbol, ha soportado palizas con un bate… y es todo un caballero como bien le ha demostrado a Phoebe. Y algo maravilloso… es ESCRITOR. Tiene un blog en el que no sólo cuenta su día a día, sino que ensalza multitudes, da esperanza a otros muertos como él, más lejanos, solos… y lucha contra la injusticia que sufre “su gente”.
Generación Dead es un libro de denuncia y lucha, superación y fuerza, aderezado con grandes dosis de azucarillos adolescentes. Phoebe es mejorable. Parece que no tiene más personalidad que un chupete y que ese, eclipsamiento por Tommy (OMA, no penséis en Meyer), le arranca del mundo racional y la zambulle en uno del que no forma parte. Estoy segura de que si la chica supiera a ciencia cierta que volvería, se cortaría las venas sin pensárselo dos veces. Punto flojo del libro. Mis esperanzas para el segundo libro recaen en que Tommy se quite un poco esa máscara de americanito ejemplar y se convierta en el mini Hitler que espero de él.
Un final de esos que hacen que quieras tirarte de los pelos y sobornar a quien sea para conseguir esa segunda parte.
Es un libro de dobles sentidos en lo que lo mejor es perderse entrelíneas y saber enlazarlo con la propia realidad. Todos hemos sido un poco Zombies a veces.
LO MEJOR: Karen. La zombie warrona. Esa chica tiene MUCHO potencial. Y Adam, of course, quiero abrazarlo hasta la saciedad. LO PEOR: Phoebe. No la trago. I’m sorry.
Fuente: Be Literature
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