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Feng Shui
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por Silvia Rodríguez
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El feng-shui es una práctica oriental milenaria que consiste en adecuar nuestro entorno físico más cercano, con el fin de mejorar nuestras condiciones de vida, en el que nuestra salud mental y espiritual se restablece y equilibra de una manera más que notable; este hecho repercute, por tanto, en un agradable descubrimiento de nuestro potencial creativo y emocional y, a la vez, de una buena convivencia con los que nos rodean.
Puede parecer increíble que con el mero hecho de cambiar un mueble de lugar, colocar una planta con flores, cubrir con cortinas una ventana, colgar un espejo, iluminar o atenuar la luminosidad de ciertas zonas de nuestra casa y/o lugar de trabajo, podamos apreciar un aumento de nuestra concentración intelectual, mejorar las relaciones con miembros de nuestra familia y/o con los vecinos de nuestra comunidad, ver crecer nuestra autoestima y superar "bloqueos" emocionales o, incluso, sanar enfermedades.
El feng-shui, tiene en cuenta que nuestro "chi" o energía vital debe "fluir" con total libertad por todos los rincones de los lugares en donde pasamos la mayor parte de nuestro tiempo; si ésta encuentra obstáculos, puede derivar en un desequilibrio del ying ( energía pasiva) y del yang (energía activa), y que en nuestro quehacer diario nos domine más una que otra: de ahí que con el simple hecho de buscar y mejorar aquellos elementos arquitectónicos que suponen una "amenaza" para nuestro bienestar, se nos dan en este libro remedio sencillos y prácticos, así como las "curas" necesarias para hacer de nuestro entorno físico un espacio sereno y agradable.
El libro está estructurado de manera que además de dar a conocer esta práctica a los legos en la materia, el propio lector pueda "evaluar" la "salud" de su hogar o lugar de trabajo y pueda encontrar soluciones, para nada complicadas y al alcance de cualquier bolsillo, que únicamente requieren un poco de tiempo... y paciencia, porque, al tratarse de una técnica, por así decirlo "alternativa", los resultados pueden tardar en notarse, pero éstos se ven.
Que somos energía no hay duda, y que lo que nos rodea también lo es, es todavía aún más evidente. Por eso, todo lo que hagamos para que la nuestra "interaccione" en armonía con la otra es poco; el fin, conseguir el equilibrio y una mejor calidad de vida y de relación con los demás.
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