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| Errabundia Express
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| por Lale González-Cotta
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Estamos plenamente de acuerdo con León Lasa, prologuista de este libro, en que los vuelos de bajo coste han traído consigo el turismo de baja educación. Uno se siente más a salvo visitando lugares ignotos a través de libros de viajes, que aventurándose al mundo en la aturdidora compañía de esas hordas que atestan estaciones y aeropuertos, violentando la sensibilidad del prójimo con sus exhibiciones de michelín, sandalia tipo apóstol, camiseta sin mangas y pantalón pirata, vociferando y llamándose sin pudor unos a otros con nombres de dudosas etimologías bíblicas y anglófonas. Espeluznante.
Javier González es el errante express autor de este libro delicioso, recopilación de artículos que han ido apareciendo semanalmente en el suplemento EL CAMINANTE del diario EL MUNDO y que editan Point de Lunettes y la Consejería de Turismo con admirable buen gusto. A este trotamundos le conocimos todos cuando decidió embarcarse en la epopeya de editar una revista literaria gratuita, al alcance de todos pero sin merma de calidad. Él fue el fundador y casi único orfebre de aquella revista MERCURIO de hace ocho años que algunos añoran y que ahora prosigue diferente rumbo, mejor para unos, peor para otros, que ya se sabe que en esto tampoco llueve nunca a gusto de todos.
Pues sí, a salvo como decimos de la grosera chancla y del chándal turístico, nos instalamos junto a Javier González en una cómoda butaca con vocación de alfombra voladora y nos disponemos a viajar fuera y dentro de nosotros mismos, hacia la geografía exterior de lugares visitados o presentidos, en pos de rutas transitadas por viajeros ilustres, o rumbo a la brumosa jungla interior a la que osamos exiliamos de vez en cuando.
Aconsejaría no querer leer el libro de un tirón, sino más bien a ratos perdidos, como mejor garantía de apurar el fondo y la forma, de disfrutar de la reflexión y de la anécdota, de no perderse detalle de ese humor por el que desagua una comedida amargura. Estas figuradas escalas turísticas constituyen una exhibición de buena prosa, de deslumbrantes metáforas e hilarantes comparaciones (resalto el capítulo titulado SAN LORENZO´S DAY, o el dedicado al turismo quirúrgico). Las páginas de ERRABUNDIA EXPRESS -incluso las de mayor lirismo o más intencionadamente éstas- destilan una ironía hilarante e irreverente que embiste contra lo que se pone por delante pero de la cual emerge in extremis la piedad. Sugiero, ya digo, la lectura secuenciada de estos viajes sedentes que corrigen a Machado y a su trovador Serrat, proponiendo otra manera de hacer camino sin desgaste de las suelas. |
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