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El Viejo Río Grande
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por Sonia Rodríguez
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Una historia de cómo el destino puede reírse de nosotros cambiando en un solo segundo todos nuestros planes.
Cuando la avaricia puede cegarnos hasta tal punto que destruyamos lo único hermoso de esta vida, el amor.
Ella sólo deseaba eso…. amar y ser amada, pero el dinero y su posición social en el pueblo, hija única de un terrateniente al que sólo le importaba en manos de quién quedarían las fincas Cerro Gordo y El Retamar que había atesorado durante sus sesenta años de vida, se interponían en su felicidad.
Una obra que nos reta a decidir entre ser felices con nuestra vida o perseguir una quimera de ambición sin límite.
El autor nos lleva de la mano por toda la extensión del Río Grande, quizás adentrándose demasiado en su flora, fauna y demás especies vivientes, dudando a veces de si se está leyendo una novela o un tratado naturalista.
Por otra parte resulta chocante, en la época en que transcurre la historia, mediados del siglo XX, recién finalizada la Guerra Civil y, según nos detalla, impuestas unas normas de comportamiento social muy rígidas, la siempre disponibilidad de los personajes femeninos a mantener relaciones sexuales, ya sea en una procesión de Semana Santa o en el lavabo de un tren en marcha.
Resumiendo, se trata de una novela con una bonita historia de fondo, que roza la leyenda, pero a mi juicio tan detallada en descripciones de personajes, paisajes y costumbres de aquella época, que hacen que a veces pierdas la historia que pretende contarnos el autor. |
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