|
El Mesías Ario
|
por David Yagüe
|
|
1914. En un caluroso y convulso verano en Madrid, en absoluto ajeno a los aires de guerra que vienen de Europa, una serie de académicos se automutilan salvajemente en la Biblioteca Nacional. Uno de los encargados de la investigación, Hércules Guzmán Fox, veterano de la Marina en Cuba, decide recurrir a un agente de inteligencia norteamericano con el que investigó el hundimiento del Maine en 1898, el ahora policía de Nueva York, Goerge Lincoln.
Mario Escobar Golderos ha reencontrado, en su nueva novela, a los dos protagonistas de su ópera prima CONSPIRACIÓN MAINE, Lincoln y Hércules, en una nueva aventura llena de intriga y acción. Y lo ha hecho con unos elementos muy parecidos a los de aquella novela. Parecidos, pero no iguales. No sólo los personajes han cambiado en este lapso de tiempo, el autor se mantiene fiel a un estilo que mejora y perfecciona. Escobar ha mejorado no sólo el estilo y los mecanismos estructurales de la historia, si no que ha añadido más oficio a esta historia que pasa ante los ojos del lector a un ritmo vertiginoso.
A medio camino entre las novelas de aventuras del siglo XIX y los thrillers más contemporáneos EL MESÍAS ARIO nos traslada a través de tres ejes que se despliegan como una muñeca rusa (los viajes de Vasco de Gama a la India, la leyenda del Cuarto Rey Mago que fue a adorar al Mesías y las corrientes protonazis que surgían en la Alemania y Austria de principios de siglo XX) a una endiablada búsqueda llena de enigmas, persecuciones y giros de trama por Madrid, Lisboa, Colonia, Viena, Sarajevo y Munich. La más afinada documentación histórica sirve para que el autor cree una historia que por qué no, pudo haber sido así, porque no contradice en nada la historia oficial. Es de agradecer, por cierto, que el autor vuelva a indicar al final del libro lo que es histórico y lo que es fruto de su imaginación.
Lo que queda demostrado con esta novela es que Escobar Golderos es uno de los candidatos más firmes a entrar en el Olimpo de los más grandes de este género en nuestro idioma, a la altura de Matilde Asensi u otros similares. Con EL MESÍAS ARIO se descubre como un maestro del ritmo, endiablado, eléctrico, que es capaz de ocultar, como un ilusionista de la palabra, otros detalles menos conseguidos o algún cabo suelto. Sin olvidar la faceta divulgativa de este historiador metido a escritor que es capaz de narrar con sencillez y claridad un hecho tan complejo como el inicio de la Primera Guerra Mundial.
Prueba de todo lo dicho son las últimas sesenta páginas del libro, desenlace de la historia, donde como si de un montaje alterno cinematográfico se tratara, el autor compagina las cortes europeas donde se está declarando la guerra con una vertiginosa persecución por las calles de Munich. Una persecución que acaba con una elección moral, original y fantástica, que cierra la historia para los personajes y que sólo el lector es capaz de juzgar en toda su dimensión histórica. Sin duda, uno de los finales más logrados de este año.
EL MESÍAS ARIO es, en resumidas cuentas, un perfecto ejemplo de literatura de entretenimiento confeccionada con oficio y originalidad que sorprenderá y gustará a todo tipo de lectores. |
|