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El Juego De La OCa
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por Francisco Contreras Gil
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El Juego de la Oca es milenario. No en vano, la primera referencia del mismo la tenemos en el llamado Disco de Fetos, descubierto por el arqueólogo italiano Luigi Pierner durante sus excavaciones en un palacio minoico en el sur de Creta a principios del pasado siglo XX. Desde entonces han sido millones las personas que han decidido sentarse frente al tablero, observar las señales y dibujos que hay en él, seleccionar las fichas, coger los cubiletes y tirar los dados para comenzar la aventura.
Y es que el Juego de la Oca, no solamente es un pasatiempo popular -practicado por gentes de toda condición social, cultural, económica y religosoa en todo el mundo- sino que incluso -y así lo apuntan muchos expertos en heterodoxia- parece encerrar enigmáticas claves en las que podrían encontrarse de forma sincrética los arquetipos del ser humano.
No en vano, según el sistema de inciación y sabiduría de Sepher Zetzirah, se podría llegar a presentar un simbolismo muy curioso en el Juego de la Oca. El tablero circular representaría el cielo, el universo y el destino. Es decir, lo que pasa en el tablero es lo que pasa en la vida misma. Las fichas y sus tonalidades podrían albergar un mensaje; Rojo, sangre, herida o agonía; Verde, tierrra, vegetación o muerte; Azul, agua, mar cielo o noche; Amarillo, aire, dispersión, aprendizaje y concomiento. Y el lanzamiento de los dados -la forma más antigua de adivinación, en su origen confeccionado con las tabas de los corderos- los lances a los que se enfrente el ser humano en su vida como son la muerte, la salud, el amor, el dinero o el azar. Los responsables, en defintiva, de los designios inescrutables de la divinidad...
Éste y no otro es uno de los nexos de la trama de EL JUEGO DE LA OCA, publicado por Ediciones Jaguar y escrito por Pilar Cristobal. Un juego sagrado, perpetuado a lo largo del tiempo por diferentes culturas en el que solo los ojos de los inciados pueden descubrir un mensaje hermético. En el que se puede hallar lo heterodoxo.
Y es que la trama que nos presenta Pilar Cristobal -conocida colaboradora en programas de televisión como Hablemos De Sexo, Esta Noche Sexo, Luz Roja, La Noche Prohibida, La Sonrisa Del Pelicano en los cuales divulgó su pasión por la historia, la antropología y la sexología- comieza cuando María hereda un collar que no hará sino ser el comienzo de una historia de intriga, suspense y misterio, con ritmo trepidante, guiños a la simbología, la iniciación y la perfección, que da comiezno en la Isla de Gozo tres siglos antes de la llegada de Cristo y que concluirá en una montaña situada en Marruecos.
Un crónica, quizás la historia de un juego, en el que el lector recorrerá Francia, Malta, Inglaterra y España entre otros países, en la que los dos protagonistas del ensayo -Maria y Paulette- se verán inmersos en aventuras y desventuras, ayudados por fuerzas mágicas e invisbles en la búsquedad de un filtro que, sin saberlo y como irán descubriendo a lo largo de las 381 páginas que componen la obra, parece estar unido a la religiosa corriente cátara, a la orden de los Templarios, con el cíclo artúrico, enlazado con las leyendas de sirenas, los mitos matriarcales de la Edad de Bronce y donde se jugaran el éxito, su oportunidad, en una tirada de dados que se podría convertir en la jugada maestra para salvar su vidas y las de las insólitas hijas de la Oca.
¿Que tendrá que ver el Juego de la Oca con María y Pualette y el filtro que ansiosamente buscaran por medio mundo? La repsuesta la hallaran en el EL JUEGO DE LA OCA de Pilar Cristobal. |
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