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| El Enigma del Escorial
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| por M. Fernández
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¿Es posible interpretar a través de un edificio la personalidad del hombre que ordenó su construcción y dibujar el paisaje cultural en el que fue erigido?
Sin duda, es un reto tan difícil como apasionante, pero el prestigioso historiador Henry Kamen sale bien parado en el intento. Su obra El enigma del Escorial permite al lector conocer los fundamentos básicos de la personalidad del rey Felipe II, tal vez uno de los monarcas con personalidad más rica y controvertida de todos cuantos han reinado en España.
Kamen sostiene que el monarca no tuvo intención alguna de pregonar sus victorias militares con la construcción del magno edificio del Escorial, ni pretendió exclusivamente construir un panteón familiar, alzar un monumento a su poder o imitar el templo que el rey Salomón había hecho edificar en Jerusalén en tiempos bíblicos.
A juicio de Kamen, el proyecto de El Escorial hunde sus raíces en los ocho años de formación que el futuro Felipe II pasó en el norte de Europa. Aquella experiencia europea, según el criterio de Kamen, forjó el espíritu del rey mucho más de lo que siempre se ha dicho. Allí nació su gusto por determinadas áreas del saber que luego plasmó en El Escorial.
La obra arranca precisamente en el momento en el que se produce el llamado felicísimo viaje, un periplo que llevó al entonces príncipe atravesando los reinos europeos de su padre, hasta su encuentro con Carlos V en Flandes. Es ahí donde, según Kamen, debemos rastrear el origen del proyecto escurialense.
La mano firme del historiador traza a continuación los perfiles de la batalla de San Quintín, cuya conmemoración, a decir de la tradición, sirvió para que Felipe II decidiera construir el monasterio del Escorial.
El libro ofrece al lector un documentado repaso sobre los momentos de la fundación del monasterio, la elección del emplazamiento y la activa participación del monarca en el proyecto arquitectónico, además de ofrecer un retrato del jardinero que se ocultaba bajo el imponente aspecto del rey.
A pesar de que el título del libro parece arrojar al lector a los brazos del misterio, lo cierto es que Kamen se esfuerza (dedica un amplio capítulo) a desmentir la idea que algunos otros escritores han defendido a propósito de las relaciones entre El Escorial y el Templo de Salomón. Kamen tilda de “fantasías” esas ideas y asegura que no hay “ninguna prueba” que sustente tal relación. Estima el autor que todas esas propuestas nacen de la fértil imaginación de los escritores que las han elaborado, pero no puede negar que el propio Felipe II manifestó un enorme interés por la magia. ¿Llevó ese interés del monarca, que el propio Kamen admite, a tomar la decisión de emular al rey Salomón, también vinculado con la magia? El autor de El enigma del Escorial niega esa posibilidad. Para él, el monarca sólo pretendió convertir su obra en un centro de saber universal.
Una obra altamente recomendable para los amantes de la historia, y también para quienes no estén de acuerdo con la tesis de Kamen. Disfrutarán con la lectura y encontrarán datos que tal vez les reafirmen en sus ideas o hagan que éstas varíen.
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