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| El Despertar Del Corazón Budista
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| por Silvia Rodríguez
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Conocerse a uno mismo y vivir de acuerdo a unas convicciones propias es, sin lugar a dudas, tarea difícil aunque no imposible en esta sociedad caótica en la que vivimos, en donde se nos impone desde la más tierna infancia ciertos convencionalismos sociales, patrones de conducta y normas "morales", o lo que es lo mismo, lo "políticamente correcto" que, en teoría, nos debiera permitir más o menos convivir en armonía con los que nos rodean. Pero, ¿qué pasa cuando no compartimos esta uniforme manera de pensar y de actuar? ¿Y cuando buscamos algo más allá de las tradiciones, de lo establecido, del, muchas veces, mundo de las "apariencias", de la hipocresía, de las "máscaras" o "dobles caras"? Muchos se sienten desgraciados, perdidos, sin rumbo ni sentido en sus vidas.
Cierto es que tenemos que respetar normas de convivencia en nuestra interacción con los demás; tampoco es plan de que vivamos en una anarquía con derecho de hacer lo que nos dé la gana. Siempre tendrán que existir unos límites, derechos y obligaciones para que el respeto hacia el otro sea lo más importante en cualquier sociedad o grupo de humanos, seres sociales que somos por naturaleza. Con esta premisa, respetando el "status quo", podemos llevar una forma de vida, unos valores, una libertad de pensamiento y de acción que nos haga sentirnos libres y en coherencia con nosotros mismos.
Ser uno mismo, sin dejar que nos influya lo externo, o procurar "canalizar" y/o aprender de las dificultades, viendo el lado positivo de las cosas, aprender a convivir con los demás, disfrutar de lo sencillo y de lo cotidiano, no angustiarnos por el futuro: esta manera de pensar es la piedra angular del budismo, y la idea principal de este libro, escrito por un maestro o guía espiritual, formado en las escuelas de más renombre de esta antiquísima religión, que ha dedicado parte de su vida a impartir la sencilla filosofía de vida en que se basa la misma. Un maestro nacido y criado en éste, nuestro primer mundo, y por ello, qué persona mejor indicada para que aprendamos de él y de sus enseñanzas y consejos para aplicarlas en nuestro día a día, para poder así aportar nuestro humilde granito de arena para que el mundo vaya un poco mejor.
Según el autor todos nosotros poseemos un corazón budista, es decir, compasivo, altruista, noble, con gran vitalidad y valor, que irradia amor y alegría, que sabe compartir y escuchar. ¿ Y cómo se despierta? Siendo conscientes de que existe, para poner en práctica todo su poder. Podemos llegar a ser o a pensar como si fuéramos budistas sin saberlo: todo requiere tiempo, paciencia, mucha meditación y ganas de ser mejor persona; el budismo es algo más que una moda extendida entre algunos de los personajes del mundo "del celuloide", y tampoco hace falta irse al Tíbet para aprenderlo... está al alcance de cualquiera.
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