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El Cid
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por Edith Geizst
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Rodrigo Díaz de Vivar, un oscuro hidalgo, se casa con doña Jimena, de sangre real. Intenta llevar una vida normal, dentro de lo que cabe, teniendo en contra la época en la que vivió: se ocupa de sus tierras, le nacen tres hijos, pero el destino le persigue.
A la muerte de Fernando I, rey de León, se divide el reino entre don Sancho, Don Alfonso y Don García; tras el asesinato del primero, el por entonces ya conocido como "El Cid", exige a don Alfonso el "juramento de Santa Gadea", lo que le granjea la enemistad del rey y, que le llevará al destierro.
Rodrigo quiere ser leal, pero al final se convierte en mercenario del rey moro de Zaragoza, Almutamid
El Cid muere en Valencia, conquistada por él, y doña Jimena sigue administrando el reino durante tres años más, para retirarse después al Monasterio de San Pedro de Cárdena, donde serán enterrados los esposos. Muchos años después serán enterrados definitivamente en la catedral de Burgos.
El Cid, ¿mito o realidad? Me atrevo a decir que millones de personas han visto la magnífica película del mismo personaje, pero ahora, con la novela histórica de José Luis Corral, catedrático de Historia medieval en la Universidad de Zaragoza, se nos ofrece una imagen muy distinta del caballero ejemplar de "El Cantar De Mio Cid"; la cruda realidad de un personaje, fiel y leal a su señor, el rey, pero al mismo tiempo, después de destierros y desplantes por el monarca, sometido a su hermana, Doña Urraca, se convierte en un ser amargado y desengañado con un sueño: ser señor de sí mismo y de un reino, Valencia.
Recomiendo al lector que se olvide de la romántica epopeya de "El Cantar...", y también de la película porque, según Corral, no tienen nada que ver con la realidad. Pero no por eso la vida de "El Cid" es menos apasionante: nos muestra a un ser humano, de carne y hueso, con sus desengaños y ambiciones, vasallo leal y, al mismo tiempo, por despecho, mercenario al servicio de Almutamid.
"El Cid" es el paradigma del caballero del medievo español, pero visto a través del autor, es desvestido de alguna manera de la "gloria" para convertirse en una persona real.
Otra obra para apasionados de la historia, fruto de una investigación exhaustiva. José Luis Corral, por su condición de catedrático de Historia Medieval me parece más fiable que la bien intencionada fantasía de los trovadores.
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