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El Cazador De Autógrafos
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por Pedro M. Valenzuela
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Mientras que un autor tiene todo el tiempo que considere necesario y el esfuerzo que él se imponga para trabajar su primer título, en la siguiente entrega todo cambia y se encuentra bajo la presión de editores, crítica y público, mucho más si su precedente ha sido todo un gran éxito como le sucedió a Zadie Smith con sus DIENTES BLANCOS publicado en el año 2000. EL CAZADOR DE AUTÓGRAFOS fue su esperada segunda novela donde bajo una mirada irreverente y muy divertida presenta la frívola realidad de nuestra época, centrada en la rápida y fugaz satisfacción personal y los cuestionables objetivos a corto y medio plazo por los que nos dejamos guiar en el pasar de los días, todo esto de la mano de Alex-Li Tandem un londinense judío de origen chino que vive sólo por y para sus autógrafos y su mítico libro JUDAISMO Y GENTILISMO, donde clasifica todo lo existente en judío o gentil, una obra que escribe a espaldas de la gente y cuya intención es no ir dirigida a nadie, que nadie la necesite ni nunca la eche de menos reparando en su (no) existencia.
Si curioso es Alex no lo es menos el mundo en el que se mueve, con el pesado del rabino Rubinfine, su amigo negro y judío Adam con quien le une una relación forjada desde un billete, la famosa Honey protagonista de historias muy cotizadas por los buscadores de autógrafos que le ayudará a buscar a su idolatrada Kitty Alexander, una actriz retirada del Hollywood de los cincuenta, dos amigos muy peculiares de la sala de subastas… El coleccionismo de autógrafos tiene mucho en común con la conquista de la mujer y el temor de Dios. Una mujer que dispensa sus favores con mucha frecuencia no es codiciada por los hombres, por la misma razón por la que un dios manifiesto, con unas leyes obvias, no es popular. En estas páginas acompañamos a Alex a través de la tenue barrera que separa su vida imaginaria de la real, con todas sus obsesiones e incapacidad de prestar atención a aquello que los demás consideran importante, no pudiendo dedicar más que un escaso veinticinco por ciento de su capacidad de atención a los de su alrededor, a lo mejor un poco más si intenta llevarse a su novia o amante a la cama.
Es peligroso definir una novela como moderna, pero ésta es un buen ejemplo ya que si los grandes temas de fondo siempre han sido y serán los mismos, la originalidad se ve expuesta en las circunstancias que los rodean y en el punto de vista desde el que son expuestos, así los avatares de EL CAZADOR DE AUTÓGRAFOS sirven para retratar a ratos con ácido cinismo y otros con inteligente humor las particularidades de la sociedad occidental actual. Con una trama original, multitud de guiños al lector y algunas escenas que llegan a recordar a la genial secuencia del restaurante de PULP FICTION (cómo han cambiado los referentes culturales en los últimos años, ¿eh?), la búsqueda infatigable de Alex hacia su Kitty se convertirá en una experiencia más mítica que los viajes alucinógenos a los que tan acostumbrado está. |
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