|
¿Dónde Te Escondes?
|
por Juan Carlos Eizaguirre
|
|
Mary Higgins Clark lleva escritas casi 30 novelas de intriga, sin contar una serie de relatos cortos, y sin contar también que empezó a escribir no a temprana edad precisamente. Me cae bien esta mujer que supo rehacer su vida después de la muerte de su primer marido, y que ahora se encuentre rodeada de una gran familia compuesta por un marido, hijos y nietos.
A cualquier novela en la que haya un asesinato o un simple crimen y esté la policía de por medio, se le suele etiquetar, equivocadamente, de novela negra. Yo pienso que la autora nunca ha pretendido meterse en la novela negra, y no por falta de capacidad, sino porque le gusta más su modo de trabajo: que es crear obras de intriga. Eso es lo que son las obras de Higgins Clark, novelas de intrigas, escritas con elegancia y pulcritud. Se podría decir que están confeccionadas por una verdadera dama. Y es así porque nuestra escritora no puede ni debe ocultar su elegancia y su estilo de vida. Pero, cuidado, no estamos ante una serie de obras ñoñas escritas para jovencitas románticas, ni mucho menos. La autora sabe conducir una trama llena de dureza, con personajes de acentuado carácter (tanto para el mal como para el bien); en suma, que hay vigor en sus relatos, que captan la atención tanto de mujeres como de hombres.
En esta ocasión, ¿Dónde te escondes? trata de la historia de un asesino múltiple que comete sus fechorías muy de tarde en tarde, pero la policía descubre pronto varios sospechosos, sobre los que estrecha el cerco. Uno de ellos es Mack, extrañamente desaparecido hace diez años, justo antes de incorporarse a la Universidad, pero que todos los años llama a su madre el día de la Madre. En fin, no sigo. La acción es trepidante, la descripción física y psíquica de los personajes está muy lograda; y, por otro lado, Higgins Clark acierta en su flash back, jugando con la secuencia temporal sin fustigar al lector, cortando la marcha narrativa. Sabe retrotraerse muy bien en el tiempo e, incluso, llevar acciones simultáneas. Uno podría pensar: “bueno, esto es de locos”. Pues no. Nuestra escritora de hoy es una gran maestra de este bello arte.
|
|