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Del Amor
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por Pedro Jorge Romero
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Alain de Botton demostraría después que era posible escribir un ensayo literario contando a Proust en el formato de un libro de autoayuda en "Cómo Cambiar Tu Vida Con Proust", pero ya en su primera obra se embarcó en la ardua tarea de describir la relación amorosa más tópica que imaginarse pueda en el formato de un tratado de filosofía.
Desde que se conocen en un avión, experiencia cuya improbabilidad el narrador protagonista destaca realizando los cálculos oportunos e incluyendo un croquis de las disposición de los asientos en un 767 de British Airway, siguiendo los diversos altibajos de la relación hasta la inevitable ruptura final, "Del Amor" es la crónica de esos meses de enamoramiento. No hay acción prácticamente, porque en pocas relaciones amorosas las hay. Ni siquiera los personajes tienen ninguna característica destacable. Ella, Chloe, tiene los ojos verdes. Él tiene tendencia a enamorarse y un gusto, quizá excesivo, por la reflexión filosófica.
La historia real de la novela se produce en la mente del protagonista narrador, la secuencia de tesis, antítesis y síntesis llevada con todo rigor. Cada episodio, por nimio que sea, de la relación le sirve para lanzarse al análisis profundo y obsesivo, apoyándose en pensadores de todas las épocas y en los correspondientes diagramas aclarativos (las flechas que indican la alteración que cada uno produce en la personalidad del otro, la curva rígida y la curva voluble que indican las diversas personalidad de Chloe, los dientes platónicos y los dientes kantianos, la ilusión de Müller-Lyer, etc.) El paralelismo con un libro filosófico está llevada hasta el extremo de que cada capítulo está a su vez dividido en pequeñas secciones numeradas. Así, el narrador, ya sea hablando de "Fatalismo romántico", "¿Qué ves en ella?", "Intimidad", "Confirmación del yo", "Contracciones" o Lecciones de amor", desgrana los diversos aspectos incluidos en cada tema global.
La historia de amor contada en "Del Amor" no tiene nada de original, más aún, es deliberadamente tópica (y desde el principio sabemos que acabará en separación, porque un libro llamado "Del Amor" debe contarlo todo, incluso el fin del amor). La historia descrita aspira a la universalidad, a convertirse en esencia de cualquier otra posible relación. Lo que sí es original es la forma de contarlo.
Pero, al contrario de lo que pueda parecer, el libro está muy lejos de ser pedante. Detrás de la aparente frialdad filosófica del narrador, que al principio podría repeler a algunos lectores, bullen emociones con las que es fácil identificarse, y a pesar de nombrar pensadores de todas las épocas (incluyendo a Groucho Marx), las dudas y preguntas están planteadas con ironía, humor y sencillez. ¿Y quién no se ha preguntado nunca por naturaleza definitiva del amor? ¿Quién no se ha planteado jamás por la naturaleza de la persona amada? Alain de Botton se limita, como si eso fuese poco, a expresar con claridad los problemas de todo enamorado.
"Del Amor" es una lectura apasionante, profunda y tremendamente divertida. |
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