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Cuentos De Un Minuto
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por Alicia Acosta
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CUENTOS DE UN MINUTO, de István Örkeny, es un verdadero clásico de la Literatura Húngara contemporánea, una verdadera joya por fin traducida al español por Judit Gerendas para Thule Ediciones, convirtiéndola así en una obra definitivamente accesible para todo/as a través de la colección MICROMUNDOS.
István Örkeny, dramaturgo, cuentista y novelista (Budapest 1912–1979), trató de jugar con el cuento, experimentando hasta llevarlo a su mínima expresión, a su esencia básica para, en su conclusión, proporcionar un estallido de emoción y sorpresa que definitivamente no nos permitirá quedarnos indiferentes.
Abrimos sus páginas y lo primero que encontramos son unas instrucciones de uso en las que el autor nos relata con una sonrisa en las palabras cómo los cuentos son obras de plena validez a pesar de su brevedad, cómo podemos leerlos mientras cocinamos o conseguimos ponernos en contacto con el número que andamos tratando de localizar... Vamos, que con un gran sentido del humor nos explica como podemos leerlo en medio del viento o bajo la lluvia, incluso como disfrutarlos en medio de un autobús lleno de gente o mientras damos un sencillo paseo... El autor nos invita a fijarnos en los títulos, los cuales compara con la señalización de un tranvía que miramos antes de subir...
Al principio de conocer este fantástico libro, he de confesar, me costó trabajo situarme en una cultura tan distinta a la mía, unos nombres tan lejanos a mí (Mihály Hajduska, Barannikov, Zetelaki...), pero el caso es que poco a poco me fui dejando absorber por esa capacidad tan asombrosa que tiene el autor que nos ocupa para llevarnos de una emoción a otra, de una situación a otra que no te esperas, derrochando una fantasía que acaricia los bordes del absurdo hasta tocarte el corazón... Y vosotro/as os preguntaréis: ¿y es eso posible?. Pues sí, os lo aseguro, en mis once años como narradora nunca jamás pude soñar con una cabina telefónica que se marchase de su lugar de ubicación, impresionada por los versos que el poeta recita a través de su auricular a un jefe incomprensivo que lo rechaza abiertamente, y las aventuras que ésta corre... Y si no, leedlo y decidme vosotro/as que os parece... Ahí va uno:
HOGAR
La niña sólo tenía cuatro años, de manera que con seguridad sus recuerdos eran confusos. Su madre, para hacerla consciente del inminente cambio, la llevó hasta la cerca de alambre de púas y, de lejos, le mostró el tren.
– ¿No te alegras? Ese tren nos llevará a casa.
– Y entonces ¿qué va a pasar?
– Entonces estaremos en nuestro hogar.
– ¿Qué es un hogar? – preguntó la niña.
– Donde vivíamos antes.
– Y allí, ¿qué hay?
– ¿Te acuerdas todavía de tu osito? Quizás también estén allí tus muñecas.
– Mamá –preguntó la niña–, ¿en casa también hay guardias?
– No, allí no hay.
– Entonces –preguntó la niña–, de allí ¿podremos escapar? |
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