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| Crímenes Ejemplares
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| por Alicia Acosta
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“¿Ustedes no han tenido nunca ganas de asesinar a un vendedor de lotería, cuando se ponen pesados, pegajosos, suplicantes?
Yo lo hice en nombre de todos.”
Nada más abrir este libro impresiona, todo hay que decirlo.
Esta nueva edición de "Crímenes Ejemplares" de Max Aub, (y digo nueva, porque esta obra es un verdadero clásico dentro del mundo de los microrelatos), que nos presenta Thule Ediciones dentro de la colección MICROMUNDOS, vuelve a ser una verdadera sorpresa para nuestros sentidos: su portada juega con el negro (color relacionado con el crimen y la muerte en nuestra cultura casi desde los orígenes) y el plateado, hasta lograr acompañar esas calaveras de diferentes tamaños y actitudes que adornan su portada. Mientras, en la contraportada un de estos fantásticos microrelatos nos lo resume todo:
“Lo maté sin darme cuenta.
No creo que fuera la primera vez”.
Pues sí, impresionante, ¿eh? Max Aub desmitifica el arte del asesinato, la muerte, y juega con ella hasta la saciedad, hasta hacernos perder ese miedo y ese respeto que nuestra cultura inculca y enseña hacia este tránsito por el que tod@s inevitablemente pasaremos.
Al abrir sus páginas las sorpresas continúan: su interior es negro, completamente negro, como el humor que lo habita, y las letras que nos relatan todos esos disparates (porque Max Aub convierte en este libro la muerte en un absurdo disparate), están impresas en un brillante color plata que nos acompañará a lo largo de nuestra lectura. De este modo nos sumergimos, nos involucramos en este macabro juego oscuro, en este recorrido con la Parca, atravesando entre risas y asombros los crímenes, suicidios, epitafios y hallaremos hasta un apartado especial dedicado a la gastronomía... -¿a la gastronomía? ¿Y que tiene que ver ésta con la muerte?- os preguntaréis, pues sí:
“Esa hormiga odiaba aquel León.
Tardó diez mil años pero se lo comió todo, poco a poco, sin que él se diera cuenta”.
Max Aub recoge, como él dice, confesiones sin cuento, en España, Francia y México, a lo largo de más de veinte años. Él quiere explicarnos "el arrebato:... los hombres son como los hicieron y querer hacerlos responsables de lo que, de pronto, les empuja a salirse de sí, es orgullo que no comparto... Los años me han abierto a la comprensión..." (según sus propias palabras en un párrafo añadido en la edición de 1968).
Sólo desearos que el estupor no os impida abrir vuestras mentes y disfrutar de esta magnífica edición de "Crímenes Ejemplares".
...que la sonrisa os acompañe. |
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