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| Ciudadanos De Babel
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| por Melina López
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“El mundo no ha cambiado jamás por la generosidad de los que mandaban: el mundo ha cambiado a pesar de los que mandan. Y todos los colosos tienen los pies de barro.”
J. L. Sampedro.
Frases como esta de Sampedro salpican las conversaciones que encierra este libro y ante ellas le dan ganas al lector de tomar partido. De decir “si es que yo opino eso mismo”, o gritar “no, hombre, ¿pero qué dices?”,…y es que uno consigue enfrascarse fácilmente en la lectura de "Ciudadanos de Babel. Diálogos Para Otro Mundo Posible", siempre y cuando el tema le interese, es cierto; aunque de prestar atención al mundo que nos rodea y del que nosotros también participamos, se hace difícil creer que alguna de las charlas que forman el libro, no nos interesarán.
Y... para estos tiempos en que el chapapote sigue aquí (no se crean) y la guerra nos duele, triste y oscura si miramos, todos juntos y a la vez, hacia la izquierda del mapa, leer documentos como este puede ser una tabla de salvación a título personal.
La obra la publica la Fundación Contamíname. Una entidad cultural que trabaja en la creación de espacios desde donde apoyar el mestizaje a través de iniciativas de creación artística y cultural y realiza, además, proyectos de análisis y reflexión con el fin de comprender la pluralidad del mundo en el que vivimos. Diferentes puntos de vista que es verdad que existen, a pesar de verse aplastados por mayorías absolutas que siguen usándose sin dilaciones ni vergüenzas.
La aportación de un nutrido grupo de voces conocidas en diferentes ámbitos (Manuel Rivas, Carlos Taibo, Pedro Guerra, José Saramago...) nos permite disfrutar de una buena conversación sólo leyendo y hablando de muchas cosas: el arte, la globalización, la lengua, la religión y el poder, etc... en estos tiempos que corren en que todos parecemos domados silentes en manos del cuarto poder.
Roguemos que no sea así y leamos por un mundo más plural, diversificado y tolerante.
El bajo y asequible precio (9€) "compensan" en cierta medida las erratas imperdonables que salpican sus hojas. Detalle sólo reseñable para exquisitos.
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