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| Café Del Mar
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| por Lorena Jiménez
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Soledad. Un nombre de mujer y a la vez un sustantivo que describe una vida, la vida de Soledad Mandly; una vida difícil, que transcurre a lo largo del siglo XX en Málaga, llena de inquilinos transitorios que entran en ella y nunca se quedan demasiado tiempo, de forma similar a como los hombres entran y salen de su café, el "Café Del Mar".
Tras esta historia se esconde una novela escrita bajo el seudónimo de Ángel Magdala. Es una novela llena de sentimientos, que no se expresan de manera intensa, sino de forma suave y reposada, tranquila. No deja de ser sorprendente como en la vida de la protagonista se van cruzando poco a poco otros personajes, tejiendo una urdimbre de historias. Cada una con una perspectiva propia de la vida y la existencia, pero con elementos comunes a todas como son el mar y la continua mención de los personajes de las ciudades de Málaga y Nueva York, que guardan una secreta y extraña relación en las vidas de los protagonistas de estas historias.
Además, la autora consigue construir un relato que adquiere un gusto a cercano, a real, debido al fuerte sabor malagueño que se destila de las páginas con continuas referencias a lugares típicos de Málaga: los Montes, el río Guadalhorce, calle Larios... y todo ello tratado con un estilo que recuerda los antecedentes poéticos de la autora, que intenta transmitir sentimientos no de forma explícita, sino implícitamente, ocultos tras juegos de palabras. Incluso la manera de estructurar los capítulos, de forma breve, recuerda a las estrofas de un poema.
Todo esto hace de ella una historia delicada y deliciosa, rápida de leer y aderezada con el condimento de saber que no sólo se pueden encontrar buenas historias en editoriales famosas y bajo la firma de escritores de éxito, y nos hace plantearnos cuántos pequeños tesoros se esconderán tras los nombres de pequeñas editoriales y autores desconocidos.
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