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| Balzac Y La Joven Costurera China
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| por Pedro M. Valenzuela
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Antes de que surgiera una serie de propuestas más o menos interesantes que ahondaban en lo exótico del mundo asiático (quizás el libro más popular fue el best–seller MEMORIAS DE UNA GEISHA de Arthur Golden), la Editorial Salamandra presentaba en 2001 la cruda y encantadora historia BALZAC Y LA JOVEN COSTURERA CHINA de mano del cineasta y escritor Sijie Dai, capaz de combinar la miserable realidad de una aldea china a finales de los años setenta con la magia del descubrimiento de la literatura y su poder para transformar a las personas.
Dos jóvenes chinos son obligados a instalarse lejos de sus familias en una de las montañas próximas al Tíbet del distrito de Yong Jing, donde tendrán que trabajar transportando una especie de mochilas llenas de excrementos animales y humanos destinados a servir de abono en las partes más inaccesibles de la montaña; todo esto forma parte del proceso de reeducación que llevó a cabo Mao Zedong en este país inmerso en el estricto control de la dictadura del proletariado. Los adolescentes que eran considerados hijos de burgueses o hijos de enemigos del pueblo (estos delitos acusaban de ser reaccionarios o hediondas autoridades sabias y no eran más que el hecho de pertenecer a familias con modesta reputación o una mínima cultura) y que vivieron en los convulsos años de la Revolución cultural, vieron cómo sus clases en la escuela eran suprimidas y los conocimientos básicos que recibían se limitaban a industria y agricultura, mientras que los únicos libros que no estaban prohibidos eran los manuales y EL PEQUEÑO LIBRO ROJO de Mao. Con este panorama tan poco alentador se enfrentan los dos amigos a una rutina que consiguen alterar al aprender el arte de contar historias cuando el jefe de la aldea les encomienda la misión de transmitir de manera totalmente fiel distintas películas que les enviaba a ver, un primer paso que les hace conscientes del poder que son capaces de ejercer estos relatos, y sus posibilidades de usarlo para poder manipular a los demás en buen o mal sentido. Todo su pequeño mundo y la tranquilidad que otorga la ignorancia se derrumba el día que por casualidad descubren una maleta llena de libros prohibidos de clásicos occidentales: Balzac, Baudelaire, Rousseau, Dumas, Victor Hugo, Dostoievski… un mundo nuevo, exótico y extraño que les turba descubriéndoles sensaciones y pensamientos antes desconocidos.
Con una narración originalmente escrita en francés que no pierde ritmo ni interés desde la primera página, se presenta una novela sencilla de planteamiento pero desarrollada de una manera tan efectiva que hace a todo cobrar un especial sentido, los clásicos de la literatura occidental frente a la China comunista de los setenta, el poder de estos libros que intentan utilizar para seducir a la bella hija del sastre y que enseñan más de lo que se pretende, el precio de la amistad y la fidelidad y las esperanzas que se albergan cuando todo el futuro depende de una mínima posibilidad de supervivencia. |
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