|
Atravesando El Fuego
|
por Antonio Ruiz Vega
|
|
Autor del volumen de ensayos "El Lenguaje Tachado" lo es también de estos dos libros de poesía, así como de algún volumen más. La misma editorial, OCTAEDRO, ha publicado su poesía completa en UNA VERDAD EXTRAÑA. que agrupa además otros ocho volúmenes anteriores.
"Atravesando El Fuego" apareció en 1996 y reúne una colección de poemas donde podemos rastrear algunas de las constantes de su obra ensayística. Así la rebelión del individuo frente a la superestructura del estado o del "sistema". También el interrogarse sobre el mismo sentido de la vida, o la misma pervivencia de la obra humana.
La mayoría son poemas de amor, de un amor problemático a veces, donde la mujer representa una especie de oasis.
Besándonos, luchamos
contra todas las miserias
que alberga el universo (..)
La constatación de la miseria cotidiana redimida por el contacto con la amada:
Ven.
Acércate a mí.
Bésame.
Abraza este desamparo.
Este amor, que se intuye completo, culminado, es que sirve de acicate y lenitivo para que la vida continúe. En "Donde La Vida Continúa" (2001), porticada por esta cita cervantina:
Unas veces huían sin saber de qué, y otras sin saber adónde.
Y tiene tres partes ("A Cambio Del Mundo", "La Frontera Infinita" y "A Través Del Cristal").
El tono es mucho más desesperanzado que el anterior. El absurdo del mundo, patentizado en casi todos los poemas, no tiene ya el lenitivo de la amada.
Menciones a la insuficiencia de la vida o a la baja categoría /de la realidad de todo. O cuando confiesa Escribir sobre cosas / que no tienen sentido,/ que nunca lo tuvieron / y que no lo tendrán jamás.
Nada tiene sentido
para quien buscó la verdad
y ya nunca la encuentra,
ni en lo que no nos salva,
ni en lo que nos condena.
El único sentido, con vocación de superviviente, que le queda al poeta, es el de denunciar el estado de las cosas.
No servimos para nada
si no usamos la palabra
y atestiguamos la causa
de la injuria y la desgracia.
El segundo "libro" "La Frontera Infinita" regresa a la temática de Atravesando el fuego, pues de nuevo es la amada la que aparece como Gradiva salvadora, pero su carácter es ambiguo, no sabemos si retórico.
La última parte está dedicada a su padre. |
|