| P. G. Wodehouse quizá haya sido el mejor escritor humorista británico de todos los tiempos. Aunque fallecido a los noventa y cuatro años en 1975, sus obras siguen editándose en todo el mundo, y es uno de los escritores que cuenta con más clubes de fans repartidos sobre todo por Europa y América.
Aunque sus primeros pasos los dio en el periodismo en Inglaterra, a los pocos años se traslado a Estados Unidos, donde escribió numerosos guiones para el cine y sus famosas novelas cortas ambientadas en su Inglaterra natal; y más en concreto en los ambientes de la nobleza rural, de la que se sirve para elaborar sus hilarantes relatos con cómicos personajes un tanto estereotipados y sus increíbles aventuras.
Wodehouse hace amable la lectura. Cargado de buena intención, sólo pretende divertir a sus seguidores. Nada hay en sus relatos de retorcida ironía, sino más bien alegría de vivir y un fino análisis del alma británica puesto en clave de humor hasta desternillarse. No es su obra un conjunto de cuentos ñoños para elevar el ánimo; Wodehouse es un magnífico escritor que optó por poner todo su talento al servicio del humor: con maestría, con caricaturas bondadosas.
Si lo dicho hasta ahora ya le hace un poco justicia, ¿qué será cuando sepamos que escribió más de noventa novelas, numerosas obras de teatro, comedias musicales y los mencionados más arriba guiones cinematográficos? Y todo a gran nivel; sabiendo sacar jugo a sus personajes, primando la amistad, la honradez, la fidelidad… a sus contrarios. Bien es verdad que sus personajes no son héroes de novela al uso; y que su visión del trabajo, por ejemplo, no es muy edificante (baste echar en vistazo al “Club de los Zánganos”, que aparece en muchas de sus obras); o que las leyes del disimulo se rozan con la mentira… Pero basta con leer una de sus novelas para elevar el ánimo y juzgar que se ha hecho algo de provecho, porque el resultado final es sincero y optimista.
Parece ser que la Editorial Anagrama tiene comprados sus derechos. Así lo deduzco, porque en estos últimos años veo que el autor está editado en Compactos Anagrama y, dos o tres, en otro formato mayor. Esto último no es para hacer propaganda, sino para dar una pista a los futuros lectores de este gran escritor que fue P. G. Wodehouse. Por cierto que la pronunciación de su apellido por el indicada, sonaría en español así: Vodejaus: nada de Wud o Wod. | "Wodehouse hace amable la lectura. Cargado de buena intención, sólo pretende divertir a sus seguidores" |
|
| |