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El Efecto `bola De Nieve´ O Cómo Se Produce Un Ataque De Ansiedad
por Aniria Gómez

¿Se imaginan un dibujo animado clásico en el que aparece una pequeña bolita de nieve en lo alto de una colina muy, muy inclinada, y ésta empieza a rodar? Se hace cada vez más grande y coge más velocidad a medida que va rodando ladera abajo; llega un momento que se hace tan grande y la velocidad se ha convertido en tan vertiginosa que parece que se va a estrellar contra la pantalla del televisor y nos va arrollar, parece que nos vamos a morir asfixiados por esa enorme masa blanca totalmente fuera de control.

Este ejemplo explica perfectamente lo que siente una persona cuando atraviesa un ataque de ansiedad, muchas veces no sabe cuándo ni porqué ha empezado, pero si tiene una sensación clara de que de repente ha cogido una velocidad aquello y que no hay forma de controlarlo. Las personas se suelen asustar mucho ante ese descontrol, porque no entienden que lo que les está pasando.

Algunos sólo se dan cuenta de los síntomas físicos que sienten, por ejemplo sudoración, taquicardias, palpitaciones, un nudo en el estomago, falta de aire, la cabeza que se embota, disminución de la memoria o la concentración, problemas para conciliar el sueño, aumento o disminución del apetito, hiperventilación y, en algunos casos muy extremos, pueden llegar incluso a desmayarse.

Otras personas, por el contrario, son más conscientes del tipo de pensamientos que están implicados. Estos pensamientos son siempre negativos y normalmente miedos relacionados con algo que creemos que nos va a ocurrir en un futuro inmediato o a corto plazo, como si pudiéramos leer el futuro sin equivocarnos; son pensamientos que nos repetimos miles de veces en décimas de segundos. Por ejemplo: "seguro que voy a llegar tarde al trabajo", "si llego tarde seguro que se enfadarán enormemente conmigo, no me volverán a dirigir la palabra, mi nombre quedará mancillado, me echaran del trabajo o tendré que dimitir por no pasar vergüenza"...

Como podéis observar ésta persona está sufriendo una ansiedad totalmente desproporcionada, exagerada. Cree que lo que está pensando le va a ocurrir por el simple hecho de estar pensándolo, sus pensamientos no son realistas, no están bien razonados; uno no sabe lo que realmente le va a pasar con un 100% de seguridad hasta que esa situación pase. ¡Si nos despidiesen a todos cada vez que llegamos tarde...!

La clave, por tanto, en un ataque de ansiedad desadaptativo o no sano desde el punto de vista psicológico y físico es su DESPROPORCIÓN respecto a la realidad.

Tengan por seguro que existen niveles de ansiedad, incluso ataques de ansiedad completamente sanos, convenientes, necesarios, para nuestra supervivencia. La ansiedad es un mecanismo de defensa, sin ella no tendríamos los reflejos mentales ni físicos necesarios para salir airosos de muchas situaciones críticas.

¿Se imaginan a alguien en vez de quedarse totalmente paralizado ante una serpiente de cascabel (si está demasiado cerca) o alejándose rápidamente de ella (si hubiera cierta distancia), acercarse tranquilamente a ella? ¡¡Bueno, excepto un experto en reptiles, claro!!

También podemos sufrir un ataque de ansiedad sano; por ejemplo si acabamos de sufrir un accidente de coche, y una vez comprobado que no nos pasa nada grave, salimos del coche y perfectamente podemos empezar a sentir síntomas como temblores de pierna, taquicardia, hiperventilación, mareos, falta de concentración, desorientación... Lo que acaba de ocurrir es que hemos sufrido un grado de ansiedad altísimo, que nos ha proporcionado entre otras cosas un chute a tutiplé de adrenalina en sangre que ha posibilitado que nuestros reflejos actuaran en décimas de segundos, y posiblemente hemos maniobrado a tiempo para salvar nuestra vida, pero ha sido tal la velocidad mental que hemos adquirido para ello que ahora, una vez que tenemos las primeras sensaciones de que el peligro ha pasado, sentimos los efectos secundarios; estamos experimentando un ataque de ansiedad.

Queridos lectores, si siguen interesados en el efecto bola de nieve les ofreceré próximamente otro artículo en el que les explicaré como podemos prevenir e evitar dicho efecto.
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