|
Villa De Niebla
|
por Alicia Acosta
|
|
DELICIA
" Paso tu piel por ceniza de huesos, como la plata se pasa por la cendra. Bruño tu piel y la veo brillar y luego hacerse humos, hacerse polvo. Centellea tu piel al borde de la quema, harina en mis manos que se perfuman para darle forma. La cuezo de a poco en un gran caldero y va espesándose, delicia de las delicias".
[Fragmento de DELICIA]
Camino con atención por calles de letras en Villa de Niebla.
Cada vez que, distraída, doblo una de sus esquinas (o en este caso, paso tranquilamente una de sus páginas) me encuentro con una pequeña historia (prefiero usar “pequeña historia” a “narrativa breve”, la verdad) que me alegra, me seduce o me estremece... En sus rincones se agolpan palabras con ganas de trasmitir emociones unas veces duras, otras hermosas, pero siempre valientes. Palabras que gritan. Palabras de mujer.
" Será un nuevo juego de tus uñas atroces, moradas. Estarás esperando hasta que ya nadie me proteja, y entonces atacarás.
No creo en las versiones que hablan de tu fin. Cuanto más se esfuerzan en darme detalles de tu agonía, más me convenzo de tu bienestar. Y tu bienestar sólo puede significar una cosa: mi ruina ".
[Fragmento de UÑAS]
Magdalena Ferreiro, esta gran transmisora de sentimientos que ésta calurosa tarde me ocupa, nació en Montevideo, y su trabajo ha sido premiado en diferentes ocasiones. La autora nos brinda, en forma de libro, buenos ratos al atardecer, o al amanecer, o cuando realmente queramos... Su obra, "Villa De Niebla", cabe en mis manos y entre mis palmas casi no asoma el azul de cielo Uruguayo de su portada.
Es un volumen pequeño, sencillo, que no necesita aparentar más, quizás tan sólo que nos permitamos asomarnos dentro y descubramos su interior... Entonces, sin duda, nos encontraremos páginas cómplices que nos acompañarán donde deseemos.
Cuando me trajeron "Villa De Niebla" y vi lo pequeñito que era pensé en bebérmelo en un rato (supongo que sin darme cuenta de las prisas que nos habitan normalmente), pero para ser sincera, al empezar a leerlo me di cuenta de que es tan grande que merece más ratitos de placer, en los que poder disfrutarlo lentamente, saboreándolo sin prisas, como un buen vino.
Magdalena Ferreiro nos invita a recorrer un mundo de emociones en los que pasaremos de la rabia al placer, y de la duda a la sonrisa, y os aseguro que es una buena guía en este camino.
" Bailábamos en el jardín, en la nieve, desnudos, y a cada paso nos servían bebidas dulces y pequeñas delicadezas que halagaban el paladar. Recuerdo el aire enrarecido y una melodía insólita, y también la figura de alguien que creí reconocer vagamente. Estaba de espaldas, pero de pronto se volvió y su rostro era traslúcido, horrible, el rostro de quién ha visto algo que no puede ni siquiera nombrarse ".
[Fragmento de QUÉ FANTÁSTICA ESTA FIESTA] |
|