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La Boca Del Nilo
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por Francisco J. Vázquez
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Fiel a lo que ya nos tiene acostumbrados éste autor, León Arsenal ha vuelto a crear con "La Boca Del Nilo" una auténtica joya literaria. Partiendo de un hecho histórico no muy documentado, como fue la expedición que ordenó llevar a cabo el emperador Nerón a tierras africanas en el año 66 d. C. para, por una parte, entablar contacto con el parcialmente desconocido pero floreciente reino nubio de Meroe, y por otro, llegar a las míticas Fuentes del Nilo, Arsenal desarrolla un trepidante historia llena de acción y aventuras. Y es que emulando al mismísimo Séneca o a Plinio el Viejo, León se hace eco de la olvidada expedición; una aventura que debió ser toda un epopeya épica pero que apenas dejó vestigios en las crónicas de los eruditos contemporáneos de la misma.
La apasionante novela comienza con un suntuoso banquete en una casa en Asia, lejos de la suntuosa y bulliciosa Roma, propiedad de un rico comerciante llamado Cneo Aurelio Africano, donde se han dado cita un elenco de personajes de lo más diverso y variopinto. Se mezclan allí comerciantes venidos de lejanas tierras y militares asentados en la lejana provincia romana; esclavos sirvientes, músicos, gladiadores, políticos, mercenarios, aventureros... muchos son los que tienen cabida en las fiestas de este singular anfitrión, que ve en ellas el mejor modo de congraciarse con los que le rodean a la par que salvaguardarse las espaldas. Y es que es en esos mentideros, en los que el vino y los manjares desinhiben conciencias y sueltan lenguas, donde un hombre de la posición de el Africano puede enterarse de conjuras, conspiraciones y traiciones que le atañan a él, sea bien para salvaguardar su integridad o bien para unirse a aquellas que considere necesarias para mantener en auge su poder. No hay conciencia cuando lo que se trata es de protegerse uno mismo.
Es en esa fiesta donde el anfitrión, envuelto como estaba en una discusión irónica con uno de los contertulios de las que gusta hacer gala, repara en un viajero que disiente de lo discutido. Derivando la conversación, el Africano identifica pronto al personaje como Junio Agrícola, un importante mercader romano que participó en una misteriosa expedición más allá de las tierras conocidas del sur, con un propósito digno de los escritos de Homero: conocer más y entablar relaciones comerciales con los nubios, y buscar unas fuentes de riqueza sin igual tanto en valores materiales como en sabiduría que estaban más allá del río Dios de los Egipcios, donde éste nacía y se hacía terrenal.
Interpelado al respecto, puesto que incluso entre los contemporáneos dicha expedición es un misterio en sí mismo, Junio Agrícola consiente en contar a los asistentes las peripecias de tan singular viaje a los confines mismos del mundo conocido, y más allá de donde el Imperio y la influencia de Roma jamás se extenderían.
Ese es el comienzo de la obra "En La Boca Del Nilo". También es el principio de una novela apasionante mezcla de historia y aventura que engancha desde las primeras páginas y nos obligará a devorarla hoja a hoja sin apenas darnos cuenta. Ello se debe a que León Arsenal tiene la capacidad de conseguir atraer la atención de los lectores de una manera particular, genuina y decidida, que implica una increíble habilidad para narrar acontecimientos de tal forma que el lector consigue meterse de lleno en los escrito, viviendo en primera persona los hechos y situaciones y participando activamente de emociones, riesgos, tensiones, alegrías, miedos o momentos de relajación.
A título personal creo que "La Boca Del Nilo" es uno de esos trabajos que los seguidores del autor van (vamos) a tener como punto de referencia de su obra durante muchísimo tiempo. He de confesar que varios han sido los libros que de Arsenal tengo leídos, pero pese a que con todos he disfrutado como un verdadero enano ("Máscaras De Matar" es sin lugar a dudas uno de mis preferidos), éste sin discusión es el que más me ha gustado hasta la fecha, y con diferencia. Creo que se ha superado con creces a sí mismo. Miedo me da pensar dónde está poniendo el listón, y si será capaz de mantener en sus próximas obras el nivel al que nos está malacostumbrando. Sólo el tiempo, y horas de lectura, nos podrán sacar de dudas.
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